28 mar 2015

Llegaron las vacaciones al fin

Llegaron las vacaciones al fin, mucho las esperamos y como todo lo que se desea fervientemente, llega, el descanso no es la excepción. Necesitabamos pasar tiempo los tres juntos. Si, lo tres, ahora nos acompaña Simón y por esa razón estas serian unas vacaciones especiales.
Claro esto amerita algunos recaudos, usos, cambio de habitos a cuando salíamos solos, la vida del camping, las caminatas, las saliditas a bailar o algún que otro espectáculo por el momento se encuentran suspendidas. Las bondades o los pro de esta primer salida con Simon se las contamos luego, pero le adelantamos que en el viaje se porto de la mejor manera, se banco los tres tramos en que diseñamos el viaje. Un genio Simon.
La primer escala le hicimos en Suarez, tan solo un dia nos alcanzo para poder apreciar todo el amor  y cariño que se nos tiene, enloquecidos con Simon, con razón, el niño crece rápido y debe ser difícil no tenerlo. Para nosotros también lo es, pero asi se dio y todos lo aceptamos. Habra tiempo para vivir y gozar de  las relaciones de familia, también de amistades.
El segundo dia, ya domingo 15 aproximadamente a las 10 hs retornamos viaje con dirección hacia nuestro destino, San Martin de los Andes pero una escala en Cipolletti, nos serviría para descanzar, incorporarnos principalmente al mas peque que tenia en sus espaldita unas de ocho horas de viaje. Hermoso hotel que conseguimos por internet, en la famosa pagina Booking, con un precio accesible, muy inferior en relación a la calidad.
Ya desayunados en el Hotel Patagonia, partimos, 434 Km de distancia, mas  de cinco horas entre caminos sinuosos y ripio  nos separaban de lo que seria nuestra  carga de tanque energético para un año lleno de repsonsabilidades, esfuerzos y desafíos. Pasamos de la Porvincia de Rio Negro para adentrarnos en la desertica zona de Neuquen medio, entre la ruta 22 y 40 pasando por Zapala y Cutralco como Plaza Huical ya empezábamos a maravillarnos y a llenar del color que por partes le faltaba al arido paisaje. 

Ya el primer dia pasaría algo especial, faltando unos 80 km para llegar a San Martin vemos al costado de la ruta un cartel que decía “Santuario Ceferino Namuncura 10km”, Vane recuerda que tiene una estampita a la que le pidió la ayude en cada examen, casi toda la carrera desde que sus amigas marplatenses se la regalaron. Vuelvo?? No no segui… Sino no llegamos mas, dalee doy la vuelta…
Noo en serio, pero la cara ya era de duda, Vuelvo, reitero y la miro… Si dale tengo que agradecerle (y pedirle por la residencia) Risas… 10 km por camino de tierra, con idas y vueltas, con bruscas pendientes, con un empedrado que ya convertía el camino en peligroso. Llegamos al lugar, había una hermosa hermita, con un raro y moderno diseño arquitectónico construido en piedra y madera. En un altar la gente dejaba sus ofrendas, y un libro se asentaban la visitas. Una señora de unos cincuentitantos años nos muestra la llave cuando preguntamos si se podía entrar a la hermita. Vane saluda y entra confiada, yo me quede en la puerta con Simon en brazos. Esta mujer timida, morocha de aura brillante, amable y cordial hablaba con la mirada. Ella debía cruzarse con nosotros o nosotros con ella, alguno de los cuatro al menos debía tomar algo del otro. Simon casi al instante termino en brazos de la Sra. Que nunca supimos el nombre, si que tenia 4 hijos y por el momento ningún nieto. Nos fuimos pero en el libro de visitas del Principe de la Patagonia, como le llaman reza: Familia Salazar Bender Presente…
Luego del parate y en poco mas de una hora llegamos a destino, tipo 19hs, agotados del viaje con la energía justa para deslumbrarnos con el lugar y el hospedaje que será objetos de las próximas crónicas vacacionales.



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