Recuerdo despertarme
con un grito de alegría,
¡que inminente era tu llegada!
Sensaciones increíbles
recorrían mi cuerpo,
lágrimas y mil sonrisas,
desesperada emoción
y feliz por verte.
Tú eras sol, eras un ángel.
Entre mis labios y en susurro
ennudaba mi garganta
un ¡Hola Simón!
Respiros intensos y lijeros,
zambulliendose en mi ser,
como una entrega al calor de mi alma.
En mis brazos, una paz
hizo a mi vida encantadora.
Sabes, es peligroso mi mundo,
pero te voy a cuidar.
Para Simón Salazar
de parte de su tia
Emilia Bender
05/11/2014
Bello poema!, como sos vos!! En este mundo peligroso no esta solo!! Lindos!!!!!!
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