En casa cuidamos el medio ambiente, no somos expertos, ni nos la sabemos todas, solamente nos ocupamos de hacer lo posible para que Simón disfrute de lo mismo que nosotros. Como? Con sencillos cambios de hábitos de consumo, desde ya empezamos en la góndola seleccionando productos cuyos envoltorios sean en lo posibles de fácil o rápida degradación. En este punto es difícil pero con la ayuda de nosotros los consumidores quizás podamos de a poco generales a las empresas la necesidad de que opten por desechar el plástico por el papel.
Luego incorporamos, hace un tiempo cocinar solo lo justo, servimos el almuerzo y la cena en los platos, solo la ración justa para dotar de energía nuestros cuerpos y no más. Basta a las fuentes, donde uno come de más y en muchos casos la comida que sobre (amén de que en algunos casos pueda recalentarse) se tira. En fin solo lo justo y si uno se queda con hambre “mandale fruta”
El siguiente paso es la clasificación de la basura, (la que vale recordar comenzaba allá en la góndola del super con la selección de los insumos), bien simple, dos tachos uno para los materiales reutilizables por un lado (papel, cartón, plástico) y lo orgánico por el otro (cascaras de frutas y verdura, yerba, té, café y todo aquello que pueda rápidamente degradarse). Sobre este habito, nos costó acostumbrarnos, tuvimos varios traspiés, el más recordado es que en el edificio que vivíamos anteriormente la portera impunemente metía ambas bolsas dentro de una misma bolsa de consorcio, aun así optamos por seguir haciéndolo a nuestra manera. Resumiendo y con el paso de los meses, desconocemos porque la portera sin que nosotros nada dijéramos comenzó no solo a sacar la basuras en bolsas separadas sino que también reservo un lugar para que los habitantes de los distintos departamentos podamos dejar el aceite usado. Moraleja, es posible y necesario contribuir a que los residuos sólidos urbanos puedan ser tratados.
Finalmente, desde hace ya casi un año implementamos un mini lombricultario en el balcón. Qué es? Lombrices californianas que en nuestro caso las pusimos en una conservadora vieja, con un poco de tierra, donde semanalmente vertemos aproximadamente un kilogramo de “basura” (las “lombriz” comen 4 veces su peso, yo tengo unos 250grs). Ellas son lombrices no tiburones, no tienen dientes por lo que se necesita trozarle lo más posible los desperdicios, para que se descompongan más rápidamente y puedan comerlo. Lo que las lombrices defecan se llama compost o humus de lombriz y es un excelente abono para nuestras plantas.
Además en casa hacemos las compras religiosamente con nuestras “bolsas de los mandados” y evitar así el uso desmedido de las bolsas plásticas que tanto daño producen al ambiente.
Comprometernos con el uso eficiente de la energía, utilizando el potencial de la luz solar y apagar luces y electrodomésticos cuando no están siendo utilizados, es prioritario. Además un mejoramiento en estos hábitos de consumo energético puede traer ínsito beneficios impensados para la economía domestica.
El uso racional del agua forma también parte de nuestras vidas, no es trivial siempre recordar que hay gente que no tiene, o la que tiene no es potable, o en muchos casos debe extraerla a varios kilómetros de donde resulta necesaria.
Si llegaste leyendo hasta acá es porque te interesa el ambiente, te interesa el futuro de nuestros hijos, te interesa la conservación de todas las especies que habitan esta tierra, todos los niños y niñas como también los que están al venir tienen el derecho de gozar de un ambiente saludable y equilibrado. Vos podes contribuir y con tu ejemplo contagiar a los que te rodean…